sábado, 30 de mayo de 2015

Tres sombreros de copa, Miguel Mihura





Miguel Mihura nació en Madrid en 1905 y murió en 1977. Es uno de los más destacados autores teatrales españoles del siglo XX. Hijo de un actor muy celebrado en la primera década del siglo, desde niño crece en un ambiente teatral. Sus comienzos literarios y artísticos fueron como articulista y dibujante. En 1942 fundó la revista La Codorniz, que dirigió hasta 1946. Esta publicación periódica alcanzó un éxito excepcional: en ella colaboraron los mejores humoristas, gráficos y literarios de ese tiempo y constituye un capítulo de singular importancia en la historia del humorismo español. 

 Pero en la personalidad de Miguel Mihura sobresale ante todo, de manera eminente, su oficio como autor teatral. Su primera y acaso mejor comedia, Tres sombreros de copa, la escribió en 1932, aunque no la estrenaría hasta veinte años después, el 24 de noviembre de 1952, en el teatro Español de Madrid. Entre 1930 y 1932 había realizado el libreto de una de las funciones de la compañía de revistas Alady, famoso cantante del momento. Este trabajo le proporciona conocimientos del music-hall que, unidos a su veneración por el circo, demostrará en Tres sombreros de copa (comedia de lo absurdo). Debido a una enfermedad infecciosa de tipo tuberculoso, se le realiza una operación de cadera que le obliga a permanecer tres años en cama. Este período de tiempo lo aprovechó para escribir esta comedia. No consigue estrenarla y continúa con su labor periodística y su colaboración en el cine.  





La obra presenta la realización de un matrimonio desigual: un empleado pobre aspira a situarse bien, económica y socialmente, mediante su boda con una joven burguesa rica, aunque tenga que someterse a las exigencias del código burgués. Este joven empleado, Dionisio, llega a un pequeño hotel de una pequeña provincia la noche antes de su boda. El protagonista ve culminar así un noviazgo de siete años con una boda que le dará estabilidad y tranquilidad en su vida. En el mismo hotel se alojan los componentes de una compañía de revistas que irrumpen en la habitación de Dionisio y lo arrastran a una desenfadada juerga nocturna. Entre las bailarinas de la compañía está Paula, que hace que Dionisio olvide su boda y piense en entregarse a una vida desenfadada y libre, pero, cuando amanece, el empleado recapacita y vuelve a su vida ordenada.






Resumen por actos

En el acto primero Dionisio decide pasar su última noche antes de casarse con Margarita, hija de don Sacramento, en un modesto hotel de provincias. El dueño, don Rosario, le enseña su habitación. Cuando Dionisio se está probando los sombreros de copa para la ceremonia, entra Paula, una hermosa muchacha que forma parte de la compañía que se aloja en el mismo hotel. En realidad tenía la intención de chantajear a Dionisio con el negro Buby. Paula confunde a Dionisio con un malabarista y abandona su intención. Llegan el resto de las chicas de la compañía y el protagonista es invitado a una fiesta en la habitación de al lado a la que se siente obligado a asistir por la insistencia de Paula.

 En el acto segundo comienza la fiesta con los extraños personajes que han aparecido al final del acto anterior. Dionisio, algo bebido, se encuentra feliz. Buby y Paula discuten y este le recuerda el crudo mundo de las bailarinas. Fanny intenta conseguir las medallas de El Anciano Militar. Sagra consigue que El Astuto Cazador tire los conejos. El Guapo Muchacho coquetea con La Mujer Barbuda. El Odioso Señor pretende seducir a Paula con regalos mientras ella intenta engañarlo y reacciona violentamente al darse cuenta de lo que quiere la bailarina. Paula y Dionisio hacen planes de futuro y se besan. Buby golpea a Paula, que cae. Sigue sonando el teléfono y llama a la puerta don Sacramento, futuro suegro de Dionisio.

 En el acto tercero llega don Sacramento para reprender a Dionisio por no haber contestado al teléfono durante la noche a pesar de las insistentes llamadas de Margarita. Acusa a Dionisio de bohemio y le traza un plan de lo que será su futura vida matrimonial. Paula lo ha oído todo y descubre que no es malabarista y que planea casarse. Dionisio no quiere hacerlo, pero Paula lo anima y lo ayuda a vestirse y le proporciona como mejor un cuarto sombrero que usaba para bailar el charlestón. Guiado por don Rosario, el hotelero que lo había recibido, sale Dionisio saludando a la bailarina, que queda pensativa ante los otros tres sombreros de copa, hasta que los lanza al aire con grito de pista.



Para leer la obra completa, acceder al siguiente enlace:

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